martes, 21 de octubre de 2008

Lo cor se spande per amare. Iacopone da Todi


Rebuscando en un olvidado documento, he redescubierto un poema de Jacopone da Todi. ¡Que sorpresa te dan los archivos! Hace tiempo, cuando teníamos más horas y un temario más relajado, podíamos disfrutar en clase de los grandes autores internacionales. Y así, les hablábamos a nuestros alumnos (entonces absortos ante nuestras historias) de cómo surgió el primer grupo de poetas, que podría ser considerado como Generación, allá por el siglo trece italiano, en pleno renacimiento. Cómo, entre sus textos, nace una nueva concepción del amor literario -el neoplatónico y petrarquista-, agotado el tratamiento del amor cortés. Y cómo, de entre todos ellos, podemos hablar de un precursor, Jacobo da Todi, franciscano y poeta, que se dedicó a la vida mendicante al ser testigo de la muerte de su mujer -aplastada por un palco en una fiesta- y al descubrir en su cuerpo un cilicio.
Vaya en recuerdo de aquellos días de poesía y pedagogía.
Amor, amore che sì m’hai ferito,
altro che amore non posso gridare;
amor, amore, teco so’unico,
altro non posso che te abbracciare,
amor, amore, forte m’hai rapito,
lo cor sempre se spande per amare.
Iacopone da Todi