viernes, 3 de octubre de 2008

Apolo amante de Hiacinto


Hiacinto era de gran belleza, de tal modo que Apolo se enamoró de él. Un día en que los dos se entretenían lanzando el disco, el viento desvió el proyectil, o bien éste chocó contra una roca y rebotó con tan mala fortuna que dio a Hiacinto en la cabeza y lo mató. Consternado, Apolo quiso inmortalizarlo, y transformó la sangre que había brotado de su herida en una nueva flor, el jacinto, cuyos pétalos llevaban unas señales que recordaban el lamento del dios o bien la inicial del nombre del doncel.

Según algunos autores, el verdadero responsable de la muerte de Hiacinto fue Céfiro, rival de Apolo en sus amores con Hiacinto, que habría desviado intencionadamente el disco para vengarse de ambos.

5 comentarios:

Dánae Rain dijo...

Que alegría verte por aquí. Gracias por tu visita, estaremos "constantemente" en contacto.
Yo también hice una entrada de los amores de Apolo, que no se salvaba ni uno. Precioso blog.

Dánae Rain dijo...

He leido ya todas tus entradas y están muy bien. El otoño también me produce melancolía, pero añorada. Es un estado muy difícil de describir. El comentario de Las Musas me encanta, más de una vez echaré mano de él para inspirarme. Besitos otañales.

Sandra dijo...

Esta historia de Apolo es muy curiosa, no paran de sorprenderme los relatos míticos, los últimos que he leido son tragedias. También me sorprenden todos los amores de Apolo y que desgraciadamente no tiene suerte con ellos.

Sandra dijo...

Esta historia de Apolo es muy curiosa, no paran de sorprenderme los relatos míticos, los últimos que he leido son tragedias. También me sorprenden todos los amores de Apolo y que desgraciadamente no tiene suerte con ellos.

Mª Luisa Caride Vázquez dijo...

Gracias por vuestras aportaciones, en especial a Sandra.